Este sitio arqueológico, se encuentra sobre una planicie que domina el lago de Pátzcuaro. Allí, descansan los restos de la antigua capital del reino purépecha. Mas precisamente, en la zona arqueológica localizada en la Meseta Purépecha, en el centro norte del estado mexicano de Michoacán.
Características de esta antigua ciudad En ella se encuentran cinco templos que datan del siglo XIII, erigidos sobre una terraza de bloques de piedra. Un poco mas abajo, nos encontramos con el convento de San Francisco, donde asombrosamente, aún se conservan vivos los árboles de olivo que plantó el propio obispo Don Vasco de Quiroga a mediados del siglo XVI.
Con la llegada de los primeros soldados españoles, Tzinzuntzan fue un centro urbano de unos 25000 o 30000 habitantes distribuidos en una planicie entre el lago y las dos montañas cercanas. En total, el área ocupaba unos siete kilómetros cuadrados.
Tzintzuntzan estaba muy unida al mítico lago de Pátzcuaro, gran proveedor de agua de la ciudad, y contenedor también de abundante fauna acuática, entre la que destaca el tradicional y delicioso pescado blanco.
La ciudad era el centro cultural, social y religioso del antiguo pueblo tarasco.
Se podían encontrar templos de madera construidos sobre las estructuras piramidales con forma de cerradura conocidas como “yácatas”, las cuales fueron usadas para rituales públicos y gubernamentales.
Hipótesis sobre el nombre de la ciudad Los expertos en estos temas, tienen varias hipótesis sobre el nombre de esta importante ciudad mesoamericana. Una de las hipótesis afirma que los tarascos establecieron su capital en Huitzitzilan, que en náhuatl, la lengua de los aztecas, significa “lugar de muchos colibríes”. La traducción al tarasco sería Tzintzuntzan.
Otra hipótesis propone que el nombre significa “lugar del colibrí mensajero”. Existe también una interpretación mas, que sostiene que toma el nombre como la imitación del sonido que hacen estas pequeñas aves al volar.
Estado de Tarasco La historia cuenta que la creación del estado tarasco, fue gracias a un hombre llamado Tariácuri, que fue quien fundó la capital y su palacio.
El último rey tarasco fue Caltzonzin, nombre que para algunos investigadores significa “el que nunca se quita sus sandalias”. Lo normal era que todos los nobles que tributaban al imperio mexica debían sacarse las sandalias en presencia del gobernante azteca, pero el rey tarasco era la excepción, ya que así mostraba su rebeldía e indomable voluntad.
Los habitantes de Tzinzunzan fabrican artesanías muy bonitas, por lo cual vale la pena visitarlos antes de llegar a Pátzcuaro.
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